El archipiélago de Tristán de Acuña es administrado como parte de los Territorios Británicos de Ultramar de Santa Helena, en la mitad sur del Océano Atlántico, y desde el 20 de octubre de 2002 cuenta con su propia bandera.
Al igual que los territorios asociados al antiguo Imperio Británico, se trata de una enseña azul en la que muestra la Union Jack en el cantón y el escudo de la isla en la mitad derecha. Los símbolos más destacables son los albatros azur (azul) y plata (blanco) del interior del escudo y las langostas de los flancos, que asocian la naturaleza marina de Tristán de Acuña; y junto a ellos en la parte superior un yelmo medieval, un velero y la corona de la Royal Navy: la armada británica.
La historia de Tristán de Acuña comenzó con su descubridor homónimo Tristão da Cunha, comandante y explorador portugués que en una de sus expediciones fue el primero en avistar la isla e incluirla en los mapas de la época en 1506.
Sin embargo, holandeses e ingleses son quienes ocupan la isla con motivos científicos primero, y estatégicos más adelante. El Imperio Británico ocupa la isla en 1876 y pasa a formar parte de la dependencia ultramarina de Santa Helena, estableciendo una pequeña población en el único asentamiento de la isla: Edimburgo de los Siete Mares.
Durante los siglos XIX y XX, el archipiélago pierde gran parte de su actividad económica debido a la apertura del Canal de Suez en 1869, que posibilitaba una nueva ruta más rápida para el comercio entre Asia y Europa.
En 1961 la erupción del volcán Queen Mary obligó a la evacuación de la isla y los casi 300 habitantes fueron refugiados en Southampton, al sur de Inglaterra. Finalmente, las familias pudieron volver a sus casas en 1963.
El lema que reza bajo el escudo es un fiel reflejo de la historia de Tristán: «Nuestra Fe es nuestra fuerza».
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